

Por ello vale la pena preguntarse ahora ¿Qué bogotano no conoce el cerro de Monserrate, si puede ser visto desde cualquier punto de la ciudad cono solo alzar un poco a mirada?, creo que ninguno podemos preguntar a varios de los habitantes de esta ciudad y cada uno de ellos estoy segura podrá darnos una nueva razón por la que amamos nuestro cerro, nuestra cultura, nuestra tradición.
Los aproximadamente 3.152 metros a nivel del mar que este cerro posee, lo postulan como el principal símbolo de la capital colombiana, pues es imposible llegar a nuestra ciudad y no reconocer, esta enorme colina diagonal al cerro de Guadalupe, reconocida por su enorme poder religioso y es allí donde quiero centrarme en la capacidad que este monumento posee para convocar a los ciudadanos del todo el mundo en este santuario que podremos denominar con toda la seguridad el no lugar mas concurrido de nuestra capital, pues reúne gran afluencia de visitas diferentes desde su fundación en 1640.
Los recorridos y sus calles aun poseen el toque clásico típico de sus inicios, las casas, pisos y arquitectura aun es la misma después de tantos años, es por ello que lo considero un NO LUGAR pues permanece y sobrevive a través del TIEMPO, no importan cuantos años mas pasen, cada que visitemos este cerro lleno de cultura evocaremos a las épocas de sus inicios, su capilla es una de las mas hermosas del país y en cada una de las visitas encontramos gente diferentes, es un no lugar por su variabilidad, y su poder de estar cambiando de gente. De público sin necesidad de cambiar su entorno físico, allí radica su magia, su éxito.
Es un espacio para la comunicación desde el mismo momento que enriquece la cultura de todo aquel que lo visita, sin embargo vale la pena destacar la importancia comunicativa e ideológica que posee la religión en este cerro, pues es interesante como allí se reúnen tantos fieles y creyentes en un mismo día, solo con el fin de comunicarse con su Dios o cumplirle una promesa al señor caido de Monserrate, estos tipos de ejemplos nos dejan retumbando en la mente un enorme paradigma donde vale al pena analizar el poder que tiene la fe en nuestra era, que a pesar de haberse alejado de tantas teorías clásicas conserva aun su tradición religiosa.
Esta tradición es quien reúne domingo a domingo a tantos fieles es la muestra clara de la influencia de la religión en nuestra era, pues es capaz de convocar a diario a miles de creyentes que suben con devoción los escalones que llevan al santuario de la cumbre, o a otros turistas que utilizan el funicular o teleferico como opción de transporte, lo que demuestra que visitar Monserrate es una experiencia enriquecedora, pues…
La majestuosidad de sus noches, la ligereza y velocidad de sus habitantes, son características comunes de una ciudad llena de no lugares, un conjunto de rincones llenos de cultura, un sin venir de oportunidades que vienen y van, esa es mi ciudad…Bogotá.






